domingo, 2 de junio de 2013

Desmontando el pacto




Llevo varios días escuchando en los medios de desinformación colectiva la palabra "pacto", "consenso", 
Esto me hace pensar en cómo la prensa da coba a los “postureos” descarados que siguen los políticos de cara al público general, aún a sabiendas de su falsedad; y cómo el ciudadano medio llega a creerlo muchas veces. 

Por ello ha tengo esa necesidad de desmontar esta gran mentira, cosa que a mi juicio deberían hacer los analistas políticos que trabajan como periodistas.

Lo primero aclarar que todo acercamiento de los "grandes" partidos es un pobre intento de recuperar la legitimidad perdida. Desde esa situación, ya de entrada, todo atisbo de un cambio de postura habría que observarlo desde una posición muy crítica, desde la desconfianza. Después del desplome del PPSOE en las encuestas, salen estos últimos torpes intentos, cual estertor en un hombre en su lecho de muerte, lo que le da si cabe, menos credibilidad. 

Pero analizando políticamente esto hay varias razones más profundas por las cuales estos movimientos no son creíbles.

  1. Rajoy nunca se va a rebelar en contra de la austeridad de Alemania, ni formará ningún frente sur vs norte por una simple razón. La imposición de las medidas de control del déficit, es también una buena excusa para practicar una cirugía a la estructura económica de españa. Implantar el liberalismo, y acabar con los servicios públicos básicos, en educación, sanidad, así como toda ayuda social del estado. Es una gran oportunidad para el Partido Popular para aplicar una gran reestructuración, ya que aparte de estar camuflada en estas medidas “impuestas”, tiene una mayoría en el legislativo que le da vía libre para en la práctica, hacerlo. Por ello no debemos quedarnos en el plano de lo económico, que trasciende su ámbito, y si vemos más allá podemos ver todo el entramado político.

  1. Sobre un posible consenso para llevar a Europa: Como escribí anteriormente, este punto hay que analizarlo teniendo en cuenta la situación tan crítica que atraviesan los dos partidos mayoritarios. Este acercamiento ficticio, amplificado por los medios, será un bálsamo que calmará en cierta medida el hundimiento de estos grandes buques
  2. El partido popular no quiere dar ningún paso atrás en su “liberalización” y tampoco necesita ningún pacto político ya que su mayoría absoluta le dota de una dictadura constitucional de facto, que le legitima a cualquier medida dentro del frágil y tan violado de manera sistemática marco de la constitución. El partido socialdemócrata a su vez no tiene la credibilidad suficiente ni dentro ni fuera de las cámaras: su desplome en las últimas elecciones, y su tendencia a la baja que sigue en las encuestas le coloca cada vez más en una posición secundaria en cualquier pacto de estado. Vive con la oscura sombra de las decisiones que tomó, (y sobre todo las que pudo haber tomado y no tomó), en su pasado gobierno, que ahora le dejan en evidencia frente al ciudadano. 

Concluyendo: estamos, por tanto, en un virtual pacto desesperado de dos partidos que se luchan por evitar su hundimiento; desde ese estado le responde un gran eco mediático que pone al periodismo en un lugar lejano a la realidad, y defendiendo un panorama político que no se ha visto modificado desde la transición, (bipartidismo), que clama desde hace tiempo por un cambio.