domingo, 2 de diciembre de 2012

Reflexiones sobre el consumo



Todos sostenemos la injusta e inmoral pirámide del capitalismo. Todos movemos la sofisticada maquinaria, algunos sin saberlo, sin llegar a comprender como todo esto funciona. Otros sabiéndolo, e intentando sacar su trozo de pastel de ello. Otros saben que la mueven e intentan convencer al resto de que no. Y otros, también lo saben, e intentan convencer al resto de que si no la movemos ninguno, la máquina se estropea. Seas quién seas, todos somos cómplices de este crimen. Cada vez que usamos el facebook, cada vez que vemos un video en youtube, cada vez que vamos al supermercado, cada vez que encendemos la luz, cada vez que tomamos una copa, cada vez que escuchamos una canción en un bar, o compramos unos vaqueros. Es normal dejarnos seducir por el materialismo con el que nos deslumbra el materialismo, además toda esta gran trama lo envuelve todo... sería hipócrita pensar que puedes vivir al margen de todo esto. Puede que incluso algunas cosas las necesitemos de verdad, o sean una buena herramienta para expresarte y difundir tu mensaje, (como facebook). Pero cada vez que vayas a hacerlo, plantéate esta pregunta: ¿De verdad lo necesito? ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Quién está? ¿Que hace con su dinero? ¿De dónde obtiene la mano de obra, y sus materiales? Es triste darse cuenta que el dinero y lo material, (perdonarme el tópico, no por ello menos cierto), no puede ni debe darte la felicidad, que sé que no existe. Triste porque el ser humano siempre se plantea las cuestiones más importantes cuando es demasiado tarde para actuar. Hasta que no tengas un problema de salud o personal grave, no te das cuenta de ello. O no con esa certeza tan absoluta. Pero recordad que todos nosotros sostenemos esta injusticia, este juego macabro en el que nadie gana si nadie pierde. (Por suerte pertenecemos a este 20% de afortunados que posee el 80% de los recursos, dejándole el 20% al 80% de desafortunados). Sé que esto no servirá para mucho, y que nadie se irá a vivir a una cabaña, viviendo de su propio trabajo, explotando racionalmente los recursos de la madre tierra para vivir. Pero si sirve para que algunos de vosotros se cosa unos pantalones rotos antes de comprarse otros nuevos, seguir con el móvil que tienes sin comprarte otro porque ya está pasado de moda, o simplemente, pensar que hay detrás de todo ello, me doy por muy satisfecho.